Las nuevas tecnologías, Internet y las redes sociales se han convertido en algo indispensable en la sociedad y especialmente entre los jóvenes.
Las plataformas sociales, esas “comunidades virtuales” que agrupan a personas que se relacionan entre si, se han convertido en una herramienta que ha suplantado las relaciones interpersonales entre los integrantes de este grupo. De hecho, un 32% de los jóvenes entre los 12 y los 18 años dedican entre 3 y 5 horas diarias a navegar por Internet. El auge y acceso a las tabletas, smartphones y ordenadores ha contribuido a que el Internet y las redes sociales se colara en la cotidianidad de los jóvenes.
Hoy en día, es muy normal ver en una reunión familiar, un restaurante o mientras damos un paseo como los jóvenes en lugar de hablar entre ellos o entretenerse con otras cosas, sumergen su cabeza en sus dispositivos móviles. Esto demuestra que estos niños viven en este enorme mundo de tecnología digital 24/7, y que esto le esta dando forma a cada aspecto de sus vidas, pasando más tiempo con la tecnología de medios que con cualquier otra cosa en su vida.
Inmersos en este mundo tecnológico, es comprensible que la vida social de los adolescentes pase por las pantallas y según lo determinado por una encuesta realizada por el Ministerio del Interior, esto es así. La encuesta ha indicado que los motivos por el que los jóvenes pasan tanto tiempo en estas plataformas se centran principalmente con los problemas para hacer amigos y las ganas de aumentar esa lista. Es decir, las redes son el mundo de los jóvenes. Para ellos representan el espacio de integración por excelencia, tanto así que cuando no se hace un uso frecuente, o no se cuenta con un dispositivo para conectarse, el riesgo de exclusión aumenta.
Sin esas tecnologías el joven se sentiría aislado de los demás, convirtiéndolo en un ser totalmente dependiente. Los jóvenes entienden que las redes son el lugar donde deben estar, ya que todo pasa en ellas y lo que no pasa, se gestiona allí, no saber gestionarla supone quedarse ‘out’. Hace unos años, la Universidad de Pittsburg (USA) realizó un estudio publicado por la revista científica American Journal of Preventive Medicine, en el cual los autores analizaron a 1.787 usuarios estadounidense de entre 19 y 32 años y analizaron su presencia en las redes sociales más populares: Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat y Youtube, y el aislamiento percibido en cada persona. El estudio concluyó que los que utilizaban las redes sociales durante más de dos horas al día tenían el doble de probabilidades de percibir aislamiento social que aquellos que dedicaban menos de media hora diarias.
Todos estos datos, investigaciones y encuestas lo que nos indican es que el gran enemigo de los jóvenes no es la tecnología como tal, sino el tiempo que le dedican. Por ello es importante, que tanto padres como educadores enseñen a los adolescentes a diferenciar entre el buen uso y el abuso, y las condiciones de su uso.
¿Cuáles son las redes más conocidas?
Existes redes sociales de todo tipo. Sin embargo, las redes más populares en la actualidad son plataformas que permiten reencontrarse con viejos amigos o conocer gente nueva. Las más visitadas por los jóvenes y de mayor crecimiento en los últimos años son Facebook, Instagram, Snapchat, Twitter, Whatsapp y Youtube.
Pero ¿cómo funciona una red social? Para crear y mantener una página personal en una de estas plataformas hay que seguir diferentes pasos: crear un perfil de usuario, incorporar a los primeros amigos, intercambiar mensajes o subir fotos, hacer crecer la lista de amigos.
En estas redes no dejan de suceder cosas mientras no estamos conectados y que seguramente no nos queremos perder- y los adolescentes menos-, sobre todo, si las hemos generado a partir de un mensaje o post que hemos “colgado”.
5 pautas para que los adolescentes lleven una “dieta digital” equilibrada
No se trata de que los jóvenes eliminen las pantallas de sus vidas, sino que mantengan una dieta digital equilibrada que no les limite la actividad física ni la interacción con sus compañeros, amigos o familia. Es primordial que los chicos y chicas aprendan a gestionar sanamente su interacción en las redes sociales y en todo el ciberespacio:
- Ser consciente de la forma en que se recibe la información y se asimila la información, centrándose en lo esencial y en su contexto.
- Volver a la mera observación de la información y de los acontecimientos.
- Emplear la propia tecnología para resolver la sobrecarga de comunicación que la tecnología ha creado.
- Recurrir, cuando sea necesario, a la desconexión digital.
- Zonas libres de pantallas en el hogar.